miércoles, 7 de marzo de 2012

Crítica a las Acciones a Balón Parado

ALBERTO MERCHÁN
Entrenador Nacional de Fútbol
Diciembre 2004

CRÍTICA A LAS ABP (acciones a balón parado) ENSAYADAS EN FÚTBOL

            Un breve análisis que implique los goles marcados en cualquier campeonato siempre tendrá en cuenta la gran cantidad de ellos que se obtienen a partir de acciones a balón parado. 

Esta realidad ha promovido que la mayor parte de los entrenadores de los equipos profesionales destinen una buena parte de su tiempo de entrenamiento al ensayo de distintas jugadas encaminadas a tratar de sorprender a sus rivales.  También, y de forma cada vez más generalizada, se vienen realizando ensayos que tienen que ver con la forma de neutralizar las acciones ensayadas que realiza el equipo rival del siguiente partido.  No obstante, todas las semanas parece haberse convertido en una obligación la necesidad de trabajar este aspecto para perfeccionar o modificar las acciones ofensivas y para poner todo tipo de prevenciones ante las posibles acciones del rival, según los pertinentes estudios que los miembros del cuerpo técnico hayan realizado sobre sus rivales.  En muchas ocasiones este tipo de trabajo se realiza los viernes anteriores a los partidos mediante sesiones a puerta cerrada.

Existe además una amplia mayoría de entrenadores que dedican una gran parte de su tiempo de entrenamiento a esta faceta en equipos de base y aficionados.  Hay que tener en cuenta que la victoria cada semana prima sobre cualquier otro aspecto y, si los estudios demuestran la resolución de gran cantidad de partidos mediante acciones a balón parado, estos técnicos de equipos de base y aficionado no tienen ningún problema en realizar un trabajo similar al de los equipos profesionales con tal de obtener beneficios de cara al siguiente encuentro.

En el otro extremo, hay una serie de entrenadores que no creen en los beneficios de este tipo de práctica semanal en la planificación del entrenamiento.  En su mayoría, son entrenadores de base, preocupados por otro tipo de situaciones que tienen que ver con el juego y que planteen un grado de aprendizaje mayor en el joven jugador.  Pero también hay técnicos que reniegan de las ABP, ya sea total o parcialmente, y por distintos motivos, en el ámbito del fútbol profesional.

El objetivo de este escrito es consolidar la forma de pensar de este último grupo de técnicos, asumiendo la planificación de una temporada en cualquier equipo de fútbol como lejana de las necesidades semanales (las cuales justifican la utilización de ABP ensayadas) y cercana, en cambio, a la línea continua, progresiva y autoevaluativa del proceso de entrenamiento y reforzamiento de las ideas y del juego.

Varios son los motivos que vienen a justificar la idea de la necesidad del trabajo basado en el ensayo y repetición permanente de ABP en fútbol.  Entre las motivaciones que esta gran mayoría de los entrenadores argumentan, de las cuales algunas de ellas me parecen justificables, habría que señalar las siguientes:

·         Obtención de un alto rendimiento debido al elevado número de goles obtenidos (y en muchos casos decisivos en el resultado de los partidos).
·         Las acciones ensayadas ofrecen una situación de la que se puede sacar provecho.  Habría que especificar que son movimientos a partir de los cuales se pueden improvisar otras soluciones en función de la jugada.
Esta idea es tomada por algunos técnicos puesto que otros sólo creen en la posibilidad de la mecanización del movimiento, sin posibilidad de improvisación.
·         Sólo por el hecho de que una jugada ensayada ofrezca un buen resultado en una ocasión, ha merecido la pena realizarla.  Además esta acción se puede repetir unos partidos después (cuando haya desaparecido del recuerdo de los rivales).  Además existe la posibilidad de introducir pequeñas variantes para obtener resultados positivos a partir de una acción inicial.
·         En las ABP se valora la utilidad al margen del espectáculo.  El interés colectivo es el verdaderamente importante.
·         Estas acciones fomentan la unidad del colectivo porque todos los jugadores se ven implicados en una acción que sólo les pertenece a ellos y en la cual cada uno tiene su misión.  En el grado de ejecución de esa misión encomendada aparece la individualidad del jugador.
·         El fútbol se decide en momentos puntuales.  Cualquier jugada puede ser la decisiva y hay que intentar controlar aquellas en las que el factor sorpresa cree más posibilidades de determinar el partido.
·         La responsabilidad que asume el jugador es positiva porque le hace estar concentrado en el juego y conocer sus posibilidades para decidir partidos.
·         El estudio previo y pormenorizado del rival permite saber cómo defiende las ABP.  Ante esta realidad, podemos anticiparnos y crear una jugada que dificulte ampliamente su forma de actuar.
·         Las ABP defensivas ensayadas son sólo una posibilidad de estar en condiciones de contrarrestar una jugada que puede llegar a desarrollar nuestro rival en un momento determinado.
Si hacen alguna de esas jugadas conocidas podremos contrarrestarla con facilidad.  Si no la hacen, nuestros jugadores deberán conocer una forma básica de defensa en este tipo de acciones, realizando marcajes individuales y manteniendo un elevado grado de concentración.

            Desde el punto de vista de la utilidad y de la efectividad a corto plazo, todas estas justificaciones parecen bastantes razonables.  Por ello es de entender que la práctica totalidad de los técnicos crean firmemente en su necesidad de trabajar.  Pero hay distintos motivos que tienen aún mucha más fuerza que todos ellos para creer en la opción opuesta.  Estos motivos vienen a contradecir todo lo expuesto anteriormente y a crear alguna idea no mencionada hasta el momento pero que tienen que ver con la fortaleza que suponen los buenos resultados a largo plazo:

1.      Una planificación basada en la esperanza en los buenos resultados que puedan ofrecer las ABP ensayadas va a conllevar un elevado tiempo de trabajo para lograr la coordinación de movimientos colectivos adecuados y para ser capaz de ejecutar con destreza y precisión cada ejecución.  Estas ejecuciones deben ser muy precisas tanto técnicamente como en el ajuste temporal de la acción.  Estos dos últimos elementos son los que suponen una dificultad extra y, por tanto, la necesidad de mayor tiempo de trabajo que en cualquier otro tipo de ejecución táctica o estratégica.

2.      Pese al tiempo invertido y el valor que pueden ofrecer las ABP por el elevado número de goles que suponen, la mayor parte de estos tantos y de los remates que no acaban en gol no proceden de jugadas ensayadas previamente.  Normalmente hay unos movimientos y una ejecución técnica inicial que sí responden a lo ensayado, pero el amontonamiento de jugadores en poco espacio hace difícil poder definir las acciones conforme a lo establecido y trabajado previamente.

3.      Cuando se realiza una jugada ensayada en un partido, cualquier espectador ha podido observarla.  Dentro del ámbito competitivo, sabemos que todos nuestros rivales van a estar presentes con un ojeador que observará y anotará detalladamente cada una de nuestras acciones.  A partir de ese momento, estará en condiciones de intentar contrarrestarla.
Evidentemente, cualquier otra situación del juego también puede ser anotada y trabajada para contrarrestarla.  Cada vez se trabaja más en este sentido, pero las ABP son mucho más llamativas porque no escapan a ninguna pupila mientras que cualquier otra situación del desarrollo del juego pueden tener que ver con múltiples variantes que se den en cada jugada.

4.      Como consecuencia, si sabemos que una jugada ha dado buen resultado, va a ser difícil seguir utilizándola en los siguientes partidos.  Sólo una falta de concentración en la defensa rival permitirá repetir esa acción.  El entrenador tendrá que agudizar su ingenio para proponer una nueva jugada de cara a la siguiente semana y volver a dedicar una gran cantidad de tiempo hasta lograr esa precisión ya indicada en la ejecución y el ajuste temporal.

5.      El fútbol es espectáculo pero las ABP no forman parte de él.  Se trata sólo de acciones puntuales en las que la calidad táctica individual desarrollada suele ser mínima y siempre está supeditada al interés colectivo.  No se pueden ver alternancias en el juego de profundidad/acortamiento y de amplitud/cierre, tampoco se desarrollan otras situaciones tácticas como puedan ser las paredes, los cambios de orientación, los apoyos y desmarques de apoyo, etc.  Como consecuencia, se pierden la belleza, la espectacularidad y la calidad, que únicamente dependerán de una o unas pocas ejecuciones técnicas.

6.      El grado de libertad en el desarrollo de cada acción está totalmente limitado.  El jugador no toma decisiones, únicamente ejecuta movimientos automatizados, salvo en el caso de que la jugada no haya obtenido los resultados previstos y se deba improvisar una solución.
Y si no hay margen de libertad, si cada jugador no posee aquello que más valora el ser humano en relación con su sociedad, ¿qué le queda al jugador?

7.      Cada componente del equipo automatiza movimientos, no posee una opción de improvisación.  Esto ya lo sabemos, aunque la situación es más grave todavía porque cada jugador automatiza sólo aquellos movimientos que necesita para resolver con solvencia la jugada desde el rol que le corresponde.  Por tanto, el jugador queda deshumanizado porque, no sólo pierde capacidad de iniciativa propia, sino que también pierde su condición de jugador de fútbol para convertirse en un elemento sin más a las órdenes de la jugada que únicamente el entrenador ha decidido como la más acertada.

8.      Como consecuencia del rol asumido, si los especialistas indicados para cada función no están en el campo en el momento de desarrollar la jugada (nunca sabemos cuándo se va a plantear la posibilidad de realizarla), será difícil sacar provecho porque cada ejecución deberá hacerla algún jugador que no ha ensayado previamente dicha función.
Si se da el caso de que cualquier jugador pueda asumir distintos roles porque ya los haya ensayado previamente en los entrenamientos, quedaría resuelto este problema.  Pero, para que esta multifuncionalidad sea posible habrá que acudir al primer motivo de esta crítica, el tiempo invertido, que deberá multiplicarse.  La polivalencia es buena cuando hablamos de táctica, pero en las ABP supone demasiado tiempo para una posibilidad que tal vez nunca se produzca.

9.      En muchas ocasiones, en las ABP ofensivas se da por hecho que el rival va a tomar una actitud de marcaje individual.  El diseño de la acción ofensiva pasa por arrastrar a los defensores.  Pero, si el rival defiende en zona, la ABP ofensiva ensayada puede quedar neutralizada por imposibilidad de encontrar los espacios deseados.

10.  La creencia en la utilización sistemática de este tipo de acciones en la planificación de un equipo reduce el fútbol al simplismo y la especulación.  Supone esperar al momento concreto del partido en que se puedan desarrollar estas jugadas, si es que tal situación llega a producirse.  Si sólo ocurre en una ocasión a lo largo de los noventa minutos, habrá que ver qué calidad de fútbol se practica durante los otros ochenta y nueve.
Si el tiempo invertido en los ensayos, se dedica a la parcela táctica individual, se creará fútbol durante ochenta y nueve minutos pese a tener más dificultades a la hora de resolver esa acción puntual.

11.  El número de saques de esquina y tiros libres cercanos al área favorables están en relación con la intencionalidad futbolística de cada equipo.   Por regla general, un equipo que defienda cerca de su portería y especule con el resultado del partido concederá más saques de esquina y cometerá más faltas que un equipo que defienda lejos de su portería, defienda inteligentemente a nivel táctico individual y arriesgue buscando la portería rival en función de su propia iniciativa.
Suele coincidir la especulación general como planteamiento de partido con una mayor especulación en el desarrollo de las ABP ensayadas pese a que en general se disponga de menos oportunidades.

12.  En el caso de las ABP defensivas, la especulación es aún mucho mayor.  No existe posibilidad de realizar una ABP defensiva ensayada si no se conocen las ABP ofensivas de cada rival.  La especulación es máxima porque se actúa en función del equipo rival y de sus propias estrategias.  Si ellos modifican los esquemas que nosotros teníamos acerca de sus acciones, estaremos totalmente a merced de su jugada.

13.  Al llegar el momento de realizar la acción durante el partido se genera tensión en el jugador.  Si se suceden multitud de ocasiones esta tensión se minimiza levemente pero en el caso de que se reduzcan las ocasiones, la tensión del jugador irá en aumento.
El jugador sabe que la resolución correcta de la jugada sólo tiene una posibilidad y todos los ojos están puestos en él.  Un error supone que la acción no obtenga los resultados previstos y se pueda responsabilizar directamente al jugador que cometió el error.

14.  Un punto de vista correcto sobre el valor del deporte en la sociedad y en cada deportista a nivel personal es el del reconocimiento del trabajo bien hecho a largo plazo.  El éxito y el fracaso deben depender del talento y de una correcta planificación principalmente.  Los ciclos olímpicos son un claro ejemplo de ello en la mayor parte de los deportes individuales.  Los deportes colectivos suelen estar más deshumanizados, se piensa en el colectivo pero el jugador vive, siente y disfruta de la actividad deportiva de la misma manera en un deporte individual que en uno colectivo.  Démosle pues al jugador esa posibilidad de sentir, de vivir cada sensación, de disfrutar de la práctica deportiva.
El exceso de responsabilidad planteado en el punto anterior muestra cómo el éxito o el fracaso en función de las ABP ensayadas dependen de momentos puntuales y no de lo que suceda a lo largo de todo el partido.  ¡Qué decir entonces respecto del trabajo realizado a lo largo de toda la semana o del correcto planteamiento de la temporada!
           
            En todo caso, no podemos olvidar que el juego se interrumpe con cierta frecuencia y que muchos partidos se resuelven en acciones de este tipo.  Es una realidad.  Pero es muy distinto plantear jugadas concretas y previamente diseñadas y ensayadas que plantear un sistema de juego para desarrollarlas.  Mi solución es hacer del jugador un entendedor del juego, un conocedor de las situaciones más habituales para colocarse correctamente y tener un  plan general de acción teniendo en cuenta su percepción y capacidades. Cada jugada es distinta, no podemos empeñarnos en hacerlas idénticas y especular con ellas. Y no olvidemos tampoco que la figura del entrenador existe para guiar la práctica deportiva y que el jugador es quien determina dicha práctica


Ante esta argumentación pro y contra las ABP ensayadas en fútbol, llega el momento de la reflexión.  Cada uno debe decidir respecto de lo acertado o equivocado de hacer este tipo de trabajo y de incluirlo de forma sistemática en la planificación de una temporada, así como el tiempo destinado semanalmente.

¿Es por tanto una necesidad, es obligación o es algo que viene impuesto porque siempre lo hemos visto de forma natural?:   REFLEXIONEMOS.

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