miércoles, 13 de noviembre de 2013

VERGÜENZA NACIONAL

En los últimos tiempos, especialmente desde la conquista del Campeonato del Mundo en Sudáfrica 2010, nuestra selección recibe todo tipo de invitaciones para jugar partidos amistosos.  El equipo nacional ha visitado países en los que nunca antes había estado o que hacía mucho tiempo que no lo hacía.  En ocasiones, se ha tratado de visitas algo exóticas, como lo será la próxima.

Este sábado, día 16 de noviembre, la selección española de fútbol disputará un partido frente a la de Guinea Ecuatorial en Malabo, capital ecuatoguineana.  No se trata de un partido oficial ni de ninguna imposición.  Se trata de un encuentro amistoso libremente acordado entre ambas partes.

Debemos recordar que este país se encuentra dirigido desde hace décadas por un sangriento dictador, Teodoro Obiang Nguema, al que se le concede todo tipo de dispensas en los organismos oficiales a pesar de que, en su nombre, se tortura, se mata y se aprisiona sin ningún tipo de justicia a la oposición política.

El fútbol no debe ser ajeno a esto y nuestra federación debería dar ejemplo, negándose a visitar un país en el que se vive de esta manera.

Por mi parte, haré lo posible por boicotear el partido.  Puesto que mi capacidad es limitada para influir en la disputa del encuentro, al menos me negaré, no solo, a verlo, sino también a ver cualquier tipo de imagen relacionada con el partido y a leer en prensa cualquier información al respecto.  Además, informaré y alentaré a cuantos pueda para que sigan este ejemplo.


El mundo tiene problemas serios.  Las grandes federaciones deben actuar en consecuencia.

martes, 12 de noviembre de 2013

lunes, 11 de noviembre de 2013

SISTEMAS DE JUEGO (I): JUGADORES, REFERENCIAS Y ESPACIOS

Resulta evidente la necesidad de disponer a nuestros jugadores sobre el terreno de juego conforme a un esquema previamente establecido y conocido por todos.  A nadie es ajena esta necesidad, tanto en el mundo del fútbol como en cualquier otro deporte colectivo. 

La utilización de un determinado sistema de juego crea en el jugador la seguridad de saber ubicarse espacialmente gracias a las referencias que marcan los compañeros sobre el terreno de juego.  Todos sabemos que posteriormente las jugadas van a modificar esas posiciones y que solo algunos jugadores van a saber mantener correctamente su posición.  Si el problema es colectivo será necesaria una buena dosis de paciencia por parte del entrenador para intentar coordinar a sus jugadores. Un equipo que no se ajuste con corrección a ningún sistema de juego corre el doble riesgo de caer en la anarquía de su juego, así como de perder las referencias definidas por los jugadores limítrofes con la posición que cada uno ocupa.

Sistema de juego como sistema de referencias

            Si entendemos el sistema de juego como un valor de referencias, conviene aclarar que cada posición limita en el campo con otras, cuyo número puede ser mayor o menor.  Existen varias posibilidades al respecto:

1)      Posiciones con muchas referencias.

Suelen ser lugares centrales del terreno de juego.  Si el equipo domina bien su propio sistema, el jugador saldrá reforzado.  Pero, si no se domina correctamente o si la situación del juego está demostrando que el rival es capaz de acumular más jugadores de referencia en esas posiciones, nuestro futbolista necesitará de su talento e intuición.

2)      Posiciones con pocas referencias en zonas laterales.

En general son las posiciones más fáciles de ocupar porque a lo largo del terreno de juego el jugador limita con la banda.  Su perspectiva del campo tiene que ver únicamente con lo que sucede a uno de sus costados.  No es de extrañar que muchos entrenadores coloquen en la posición de lateral a algunos de los jugadores más débiles de su plantilla puesto que es más fácil colocarse y la participación en el juego es menor.

3)      Posiciones con pocas referencias en zonas centrales.

Se trata especialmente de los delanteros y los porteros, pero también de los defensas centrales en equipos en los que la defensa juegue adelantada.  Estos jugadores deben poseer un marco de referencia interiorizado porque es común encontrar jugadores en estas posiciones tratando de encontrar espacios justamente en la zona contraria a la natural para crearlos (en el caso de los delanteros) o encontrarse aislados e indefensos ante el rival (en el caso de los defensas).  Esta situación explica el fracaso de algunos jugadores de amplio prestigio al fichar por algún equipo importante.  Si un defensa es buen marcador, fuerte y expeditivo pero, en cambio, lento y poco intuitivo, hay bastantes posibilidades de que se produzca ese fracaso.  No es fácil encontrar los jugadores adecuados y la solución más común suele ser retrasar la línea defensiva.  Poseer a Ramos y Varane o a Pique, Puyol y Mascherano es un lujo al alcance de pocos.


Sistema de juego como dominio del espacio

            Existen otros tipos de relaciones entre el jugador y el espacio.  Son las que tienen que ver con la posición y la trayectoria.  De este modo, algunos jugadores ven siempre el campo por delante (los porteros y los defensas), mientras otros deben enfocar hacia atrás (los delanteros y, a veces mediapuntas y centrocampistas), perdiendo de vista fácilmente algunas de las referencias que puedan tener a su alrededor.  Parte de las dificultades que entraña la posición de delantero tienen que ver con esta circunstancia de tener que ver el fútbol al revés que los demás y con poco tiempo para pensar.  Raúl era el ejemplo más claro del buen desenvolvimiento del delantero en este sentido.

Si no tenemos delanteros con estas capacidades habrá que facilitarles la labor con un buen trabajo de conjunto y un sistema de juego que beneficie más sus cualidades. 

En función de las capacidades propias que posean nuestros jugadores deberemos utilizar el sistema de juego que creamos más conveniente.

1)      Ante jugadores con gran dominio del espacio.

Pueden ocupar cualquier posición que se adapte bien a sus cualidades sin necesidad de depender del sistema de juego elegido.  Siempre van a amoldarse a las necesidades e incluso necesitan menos referencias para desarrollar su juego, así como ampliarse las distancias con respecto a ellas.  Los ejemplos claros son los de Xavi, Özil, Pirlo o, en su día, de la Peña y Guti, jugadores capaces de encontrar un pase sencillo y resolutivo, enlazando con un compañero que se encuentre a bastantes metros de distancia.

2)      Ante jugadores menos perceptivos de su entorno de juego.

Habrá que arroparlos con jugadores a su alrededor o situarlos en la banda.  El primer caso estará siempre en consonancia con la necesidad de poseer buenas condiciones técnicas o cualquier otra capacidad resolutiva.


Una vez que sepamos si nuestros jugadores son capaces de asimilar los conceptos espaciales, o cuántos de ellos están en disposición de hacerlo, podemos tener una idea de qué sistema de juego puede ser el más conveniente para el equipo.