viernes, 20 de junio de 2014

CONCILIACIÓN ENTRE DEPORTE Y CONOCIMIENTO

  Algunas situaciones recientes llevan a repensar la función del deporte en el seno de la sociedad y a interrogarnos qué es realmente el fútbol.  Algunos, como el jugador del Atlético de Madrid Koke Resurrección, parecen tenerlo claro: “El fútbol es ganar”[1].  Para quien crea que el tema no es tan simple, debería empezar a dejar constancia de esa otra realidad, de ese otro punto de vista, en aras de un buen desarrollo del deporte como elemento de formación personal y permanente de la persona.

                No cabe duda de que los niños y adolescentes son los más vulnerables ante cualquier desarrollo de los acontecimientos poco conciliador y que ellos poco pueden hacer.  Pero llama bastante la atención que ni clubes, ni entrenadores ni padres pongan el dedo en la llaga y, en algunos casos, se planten.  Recientemente se ha disputado el Campeonato de Fútbol-7 para alevines de los clubes de Primera División.  Este torneo, que tradicionalmente se disputaba en Brunete y que después se celebró en Estepona y en Tenerife, se ha jugado esta temporada ¡en Perú!  Estamos hablando de niños de once o doce años que deben faltar al colegio durante tres días de la primera semana del mes de junio, es decir en un momento crucial en el calendario escolar.  El torneo se celebró entre domingo, lunes y martes, sin que quepa explicación tampoco a este calendario del torneo.  Pero además, Real Madrid, F.C. Barcelona, Atlético de Madrid y el mejor clasificado del Campeonato se quedaron durante el resto de la semana para enfrentarse a otros cuatro equipos peruanos.  Ante tal disparate, solo me cabe hablar bien de Athlétic Club y Real Sociedad, clubes que decidieron no enviar a sus equipos.  Por si fuera poco, la cobertura informativa ha sido bastante amplia, lo que parece un regodeo en el dañino espectáculo.

                Los pobres muchachos son víctimas propiciatorias también en otros casos.  Conozco bien la situación del balonmano, cuyos Campeonatos de España de juveniles, cadetes e infantiles se celebran a lo largo de una semana completa en los meses de mayo y junio.  Es también el caso del voleibol, cuyo Campeonato de España cadete se está disputando en Castellón del 18 al 22 de junio.  Los clubes se disculpan y piden comprensión a los profesores para compaginar la disputa del Campeonato con los exámenes finales.  Lo que ellos desconocen es que las evaluaciones no se pueden retrasar y cada alumno tendrá que examinarse cuando debe, de no ser así suspenderá, sin ser él directamente el responsable.  Recibí una carta del Club Voleibol Coslada para informarme de tal circunstancia con uno de mis alumnos.  En ella, parece que expresan su preocupación y la comprensión del profesorado hasta que se lee el final de la carta, cuyos términos son los siguientes:
Nada más que esperar pueda estudiar esta petición para que tanto nuestro Club pueda contar con dicho jugador y que colabore en la consecución de dicho Campeonato (objetivo prioritario de nuestro Club), sin perjudicar su formación”.
                Aparte de que la frase no queda cerrada y gramática al margen, ¿por qué no se ahorraron lo que escribieron entre paréntesis?  Esa aclaración deja sin contenido cualquier otro argumento.  Si su “objetivo prioritario” es el éxito en la competición deportiva poco queda por decir con respecto al verdadero interés que tienen en la formación del chico.

                Aún cuando estos son los casos más lamentables, por el perjuicio a unas víctimas inocentes, no deja de ser duro comprobar que los profesionales no tienen ningún interés en sus propios conocimientos.  Ellos ya no son víctimas (tal vez lo fueron en su momento) y están en condiciones de mejorar su estatus intelectual.  Un buen ejemplo son las distendidas entrevistas que está publicando estos días el diario El País (algo que ya hicieron hace ocho años, con motivo de la Copa del Mundo de Alemania, en las que incluso el “Sabio de Hortaleza” demostraba ser algo menos sabio).  Sinceramente estoy convencido de que nuestros jugadores están muy por encima de la media mundial (solo así cabe entender la posibilidad de desarrollar un juego tan conceptual como el del Barcelona y la selección española y varios jugadores responden muy bien).  Conocido es el caso de los ingleses, sus borracheras y sus destrozos en los aviones, o el acoso que recibía el jugador del Chelsea Graeme Le Saux por parte de todos sus compañeros a finales de los noventa.  El motivo: que leía libros.
                Los casos concretos más significativos entre los jugadores españoles son los de Santi Cazorla[2] y, el ya mencionado, Koke Resurrección[3].  Éstas son las respuestas a algunas preguntas: ¿Quién marcó el primer gol en un Mundial?
Cazorla: Ni idea.
Koke: Ni idea.
Pregunta: ¿Quién pintó Los girasoles?
Cazorla: No sé de pintura.
Koke: Tampoco lo sé (anteriormente había ignorado el autor del gol del Maracanazo).
Pregunta: ¿A qué juega Jennifer Pareja?
Cazorla: Pareja juega en el Sevilla pero Jennifer no lo sé.
Koke: Ni idea.
Pregunta: ¿Qué libro está leyendo?
Cazorla: No leo libros, me falta tiempo.
Koke: Ahora ninguno.
Pregunta: ¿Cuántas lavadoras pone a la semana?
Cazorla: Para eso tengo a alguien que me ayuda.
Koke: Ninguna.
Preguntas: ¿Y el seleccionador de Chile?  ¿Quién es Lula?  ¿Qué hizo Jorge Sanz en 1986?
Respuestas de Koke: Me pillas; Esa era un político, ¿no?; No sé, no había ni nacido.

                Podemos concluir que no solo son ignorantes sino que ni siquiera saben de historia básica del fútbol ni de deporte español.  También que Cazorla debe estar muy atareado después de dos horas de entrenamiento para no poder leer ni dedicarse a las tareas domésticas.  O que no debemos preocuparnos por desconocer quién fue Felipe II puesto que ninguno de nosotros habíamos nacido.

                Los casos se pueden contar por cientos: niños, adolescentes, aficionados, futbolistas profesionales, pero también entrenadores.  Es el caso de Diego Pablo Simeone (entrenador del Atlético de Madrid y vigente campeón de Liga).  Sé de muy buena tinta que cuando inició el Curso de Entrenadores de Fútbol Base Nivel-1 se presentó ante los demás mostrando su extraño lugar porque él mismo reconocía que hacía más de veinte años que no cogía un boli.  El destino quiso que antes de enfrentarse a un primer examen (no habría sido tampoco un gran problema, al final todos los ex futbolistas salen con el título) fue contratado por Rácing de Avellaneda (en Argentina no hacía falta ningún título para entrenar).  Además, en España todo entrenador que haya actuado en la Primera División de algún otro país obtiene inmediatamente el título de Entrenador Nacional, y como “el Cholo” superó este tiempo entrenando en Argentina, no tuvo problemas para obtener el título y entrenar al Atlético. 

Así es que un profesional que se encarga de manejar grupos, cuyos conocimientos deben ser muy elevados y que gana una cantidad desorbitada de dinero, ha accedido a dicho puesto de trabajo sin haber tenido que demostrarle nunca nada a nadie.  Después no podremos sorprendernos cuando dicen que quien fracasa en los estudios se dedica a jugar al fútbol…





[1]  El País, 9 de junio de 2014.
[2]  El País, 13 de junio de 2014.
[3]  El País, 12 de junio de 2014.