Tito
Vilanova ha decidido continuar plenamente el estilo con que el Barcelona nos ha
deleitado estos últimos años. Ayer
venció al Celta por 3-1 en un gran partido, ofensivo por ambos bandos, pero
sobre todo, un torrente de caudal ofensivo por parte de los azulgranas.
De
inicio, el Barcelona apostó por un sistema de juego 3-4-3, ese sistema que
parecía completamente desterrado hace algunos años, pero que ya recuperó Frank
Rijkaard para el Barcelona en algún partido, y que utilizó magistralmente
Guardiola, en varias ocasiones. Lo más
llamativo fue la utilización de sus jugadores en la primera línea, que estuvo
formada por Adriano, Mascherano y Jordi Alba.
Hay que recordar que ninguno de los tres son defensas en origen. Adriano era un extremo, que habitualmente
jugaba por la izquierda para aprovechar su recorte y disparo con la pierna
derecha, reconvertido a lateral en el Sevilla, y con capacidad para hacerlo en
ambas bandas. Jordi Alba era otro veloz
extremo zurdo, ya reconvertido en lateral durante su etapa en el Valencia y en
la selección española. Pero, ninguno de
los dos lo había hecho en una defensa de tres y, menos aún, como ha sucedido
con Adriano, de central. El caso de
Mascherano ya no sorprende. Se trata de
un jugador poco constructivo como “5” para aglutinar todo el juego ofensivo que
se le exigía en la selección argentina.
Al quedar acompañado por otro centrocampista más ofensivo, mejoró sus
prestaciones pero siempre como un medio recuperador de balones. Guardiola tuvo muy claro lo que quería de él:
aprovechar sus dotes defensivas, su sacrificio, su inteligencia y sus
posibilidades para sacar el balón jugado desde atrás, eso sí desde muy atrás,
algo completamente novedoso para él, como también lo es convertirse en el eje
de una defensa en la que no le acompaña ningún otro central.
Para
mayor gloria de esta línea defensiva, el 1-0 lo marca Adriano, dejando su lugar
en una defensa con solo tres jugadores.
¡BRILLANTE! En el segundo tiempo
el equipo cambió a defensa de cuatro, por lesión de Adriano y dio entrada a
Dani Aves, mucho más descuidado tácticamente, lo que requería un refuerzo en la
parte trasera. Pese a todo, parece poco
probable ver al lateral izquierdo (en este caso, Jordi Alba) marcar el tercer
gol, haciendo una incorporación y desmarque más propios de un delantero que de
un defensa. ¡BRILLANTE!
La
línea de cuatro en el centro del campo estuvo ocupada por las tres grandes
maravillas de la cantera barcelonista: Busquets, como apoyo al eje defensivo;
Xavi, para dirigir y oxigenar cada acción; Fábregas, para dotar de fantasía al
juego, en su mejor momento desde que volvió al Barcelona; e Iniesta, el jugador
que jamás lo hace mal, y que dio un soberbio recital en el desmarque y la
llegada a línea de fondo para facilitar el juego de los compañeros. ¡BRILLANTE!
Poco
importó que Messi no tuviera su mejor día, que no marcara, porque Pedro y Villa
hicieron otro partido para enmarcar: diagonales, apoyos, remates,
triangulaciones, taconazos, … formaron parte de su BRILLANTE actuación.
Podemos considerarnos afortunados: después de
tres años de guardiolismo, el Barcelona nos sigue regalando fútbol. Gracias Tito.