sábado, 13 de diciembre de 2014

SE HACE CAMINO AL ANDAR

                Nos encontrábamos en medio de una interesante dialéctica: ¿merece la pena fijarse una meta y plantear todos los  esfuerzos para alcanzarla o es preferible disfrutar del camino recorrido hacia esa meta pero dejándola de lado hasta que llegue el momento?

                En el epicentro de la cuestión se encontraba la entrevista a Mireia Belmonte publicada por El País Semanal, en la que mostraba una vida dedicada al entrenamiento con la mente puesta en el oro olímpico.  En una de sus afirmaciones confiesa que “competir le gusta más que nadar”.  Encomiable tarea, sin duda, pero esta propuesta tiene mucho que ver con la tan ambicionada cultura del esfuerzo, que algunos tratan de imponernos como axioma básico del éxito y de mejora del rendimiento.  El deporte es mucho más que dedicar horas a entrenar con el objetivo de competir, diría incluso que es un muy escaso bagaje porque por el camino nos hemos dejado todo lo que realmente hace grande al deporte: disfrutar, compartir, jugar, vivir, soñar, enriquecerse...  Siempre, por supuesto, con otros deportistas que también hacen deporte de forma saludable.  El deporte planteado como Mireia Belmonte deja de ser una actividad saludable y simplifica la actividad al logro, olvidando el camino.  En todo caso, ella es triunfadora; sin embargo, si el éxito no se alcanza, en el entreacto se habrán quedado cuatro años de sacrificio y ni una sola recompensa.  Muchas veces valoramos a los deportistas por sus logros pero, si todos hicieran lo mismo, convertiríamos la actividad deportiva en un cementerio de fracasados, puesto que solo gana uno.

                Quien disfruta con la práctica de su deporte favorito no comprende este punto de vista.  Tal fue el caso de una alumna, que practica natación y se sintió ofendida por el planteamiento de nuestra exitosa nadadora.  Eso cree también Andrés Iniesta, que afirmaba (Diario El País, 6 de enero de 2013): “Así vives, así juegas.  Por mi forma de ser, las dos cosas, los dos mundos, son solo uno. […]  Me aferré al fútbol para superar los peores momentos.  Al fútbol y a mi gente.  […]  La idea que tengo del juego es lúdica, natural, la del colegio de Fuentealbilla”.  Y apostilla: “Lo importante no es llegar al éxito, es disfrutar del camino”.

                En el transcurso, por tanto, quedan muchas cosas.  Johan Cruyff decía que el fútbol se resume en dos conceptos: uno es pasar el balón; el otro, controlarlo.  No habla de éxito, no habla de goles, simplemente de la sensación de hacer bien lo más simple pero también lo más difícil: partir de cierta situación para tratar de encontrar la ruta hacia la portería contraria.


Y mientras se sucedían artículos en prensa, en los que Roberto Martínez (entrenador del Everton) aseguraba haber instaurado el toque en Inglaterra, Paco Jémez (entrenador del Rayo Vallecano) mostraba el valor de sus entrenamientos a partir de la variedad de tareas, y Xavi Hernández valoraba el pase como valor supremo del fútbol, entonces, uno de mis más retóricos compañeros resumió la idea de forma brillante: “es que un pase de Xavi es una sublime alegoría de la vida”.

lunes, 24 de noviembre de 2014

STOP DESAHUCIOS: EL RAYO VALLECANO COMO EJEMPLO CIUDADANO

             La ayuda humanitaria tiene distintas maneras de hacerse efectiva.  Muchas personas quieren hacer algo por los demás y acuden a la caridad, una ayuda desinteresada pero puntual, que no permite alcanzar objetivos a largo plazo.  El gesto es bueno pero nunca sabremos qué sucederá con esa ayuda solidaria puntual.  Lo curioso en nuestro país es que este tipo de ayuda humanitaria está bastante extendida, lo que nos convierte en uno de los primeros países del mundo en materia de caridad.  Es la práctica habitual en los “telemaratones” de Navidad, las galas “Inocente Inocente” o la publicidad ante graves desastres humanos.  El español es de lágrima fácil y se vuelca pero no se arriesga en proyectos más importantes, a largo plazo.  En ese aspecto, nos encontramos a la cola entre todos los países de la OCDE.
                Otros aportan grandes cantidades de dinero mediante la creación de importantes asociaciones, no siempre fiables debido a sus importantes desgravaciones fiscales y al dinero que puede quedarse en infraestructuras propias y una siempre dudosa participación de sus dirigentes.  Otros casos, como los famosos, iconos del mundo del glamour internacional, realmente ofrecen su imagen y poco más.  No es común verles allá donde aparentemente envían su dinero, también pueden ser sospechosos y utilizan su imagen para reforzarse aunque no sepan qué sucede con las organizaciones con las que colaboran.  Lo mismo ocurre con las fundaciones de algunos clubes, que sirven como tapadera para obtener beneficios fiscales y aumentar su presencia en determinados países, aquellos en los que puede seguir obteniendo más beneficios (como en América Latina o los países asiáticos más ricos), pero no se les ve donde verdaderamente hacen falta (África Negra, sudeste asiático o mundo musulmán no perteneciente al Golfo Pérsico).
                La ayuda humanitaria tiene un verdadero gran valor cuando actúa en alguna de estas dos direcciones: en primer lugar, la cooperación al desarrollo.  Es un paso adelante porque  no se trata de regalar sino de construir, no es dar pescado sino una caña y enseñar a pescar, no es caridad sino cooperación, no es aporte sino desarrollo.  Estas personas generalmente acuden a los lugares más desfavorecidos para intentar acceder al agua potable, mediante la construcción de pozos, a la educación, mediante la construcción de escuelas, a la sanidad, mediante la construcción de hospitales, y a la dignidad, mediante la construcción de viviendas con todos los servicios básicos.  Es el caso de la ONG Deporte y Arte Solidario, presidida por el Doctor Pablo Bohórquez, que trabaja en el Chad a partir de las aportaciones obtenidas por las jornadas realizadas en colegios e institutos, mercadillos y huertos solidarios o vinculación del mundo del deporte (como es el caso de la Federación Española de Baloncesto, gracias al enlace con Jorge Garbajosa) con la tarea humanitaria.
                La segunda dirección es la labor social que vincula casos concretos pero dramáticos dentro del entorno cercano con la colaboración personal.  Mientras ciertos clubes se enorgullecen de sus fundaciones autocomplacientes, el Rayo Vallecano de Madrid ha dado un magnífico ejemplo al ofrecer su colaboración en dos conflictos sucesivos recientes.  La semana pasada, el Club Deportivo Aviación vio cómo las excavadoras acababan con el campo de fútbol en el que entrenaban y jugaban desde hacía medio siglo,  el Pedro Vives.  Se ha tratado de un desahucio puesto que este campo se encuentra en la Colonia de la Aviación, en la que se ofrecieron viviendas a bajo precio a trabajadores del Ejército del Aire.  Hoy, las condiciones han cambiado y el club se ha visto en esta dramática situación.  Sin campo para entrenar y jugar, el Rayo Vallecano ofreció su Ciudad Deportiva para poder continuar la temporada con normalidad.  Aunque finalmente, el club está utilizando los campos federativos Ernesto Cotorruelo, que se encuentran en Carabanchel, bastante más cerca de su sede, el gesto ha sido de agradecer.
                Esta semana se ha producido el segundo acto relevante y bastante más mediático: cito textualmente la información ofrecida por el Diario El País en su página 26 del pasado domingo 23 de noviembre de 2014: “El Rayo Vallecano pagará el alquiler de una vivienda a Carmen Martínez Ayuso, a mujer de 85 años desahuciada el viernes de su piso en el número 10 de la calle Sierra de Palomeras en el barrio madrileño de Vallecas.  Lo hará durante el resto de su vida, según anunció ayer el club de fútbol.  Así lo confirmó ayer su entrenador, Paco Jémez: “Nosotros no os vamos a quedar parados, vamos a ayudar a esa señora.  No solo yo, sino el cuerpo técnico y los jugadores.  Dentro de nuestras posibilidades vamos a ayudarle y a echarle una mano para que encuentre un sitio para que pueda vivir dignamente y no se sienta sola” […].
                Al conocerse la situación de Carmen, una ola de solidaridad invadió, sobre todo, las redes sociales.  La mujer se vio forzada a abandonar su vivienda, en la que había vivido durante cinco décadas, porque su hijo único, Luis Jiménez Martínez, la utilizó como aval para un préstamo de 40.000 euros que le hizo un particular, Francisco M., en 2010.  La deuda supera ahora los 70.000 euros y el acreedor se ha negado durante el último mes a aceptar un alquiler social para Carmen […].
                “Estoy muy orgulloso de poder echar una mano.  Me gustaría ayudar a más gente, pero esto es imposible.  En esta situación, en particular, porque es una señora del barrio.  Nosotros, como club, no podemos pasar la oportunidad de ayudar.  Que no se preocupe ni ella ni la familia porque vamos a hacer todo lo posible”, añadió el técnico.  Jémez relató cómo desde el primer momento todos quisieron echar una mano.  “Hablé con el presidente, con los jugadores.  Lo que esté dentro de nuestras posibilidades, lo haremos”, apuntó”.
                Los equipos se fortalecen gracias a muchos elementos: a veces influyen los resultados, otras veces la táctica.  Paco Jémez ha hecho un equipo robusto que se tiene que rehacer cada año para volver a crecer gracias al entendimiento común en torno a unas ideas (de las que ya hablaremos) y a una particular idiosincrasia deportiva que vincula el obrerismo vallecano-carabanchelero con un club tan modesto como superviviente.



jueves, 23 de octubre de 2014

Gol tras 41 pases

El 13 de octubre de 2011 nuestra selección dio una auténtica lección de fútbol.  Derrotó a Escocia por tres goles a uno y lo hizo con gran brillantez, mediante acciones propias solo de los elegidos.
A continuación, se puede ver un recorte con la secuencia del primer gol, marcado por Silva tras 41 pases:



  No tiene desperdicio el gol de Villa, que redondea el partido con otra magnífica acción colectiva:



domingo, 19 de octubre de 2014

SIGAMOS RECORDANDO

                  Esta tarde he estado en el campo de fútbol Virgen del Val, viendo el partido entre la RSD Alcalá y el CD Puerta Bonita.  Aunque no ha sido un gran partido, siempre se pueden valorar cosas que resultan llamativas.  La principal de todas ellas ha sido una salida a partir de un saque de puerta por parte del equipo visitante.  Es llamativo, sobre todo, porque su entrenador es conocido en el fútbol madrileño por su racanería futbolística y su exceso de conservadurismo, sin embargo ha empleado una estrategia que solo algunos osados podrían haber realizado en cualquier otro momento de la historia de este magno deporte.  La acción en cuestión consiste en abrir a los centrales a ambos lados del área y desproteger la parte central, por donde aparece un compañero en apoyo.  Mientras tanto, los laterales adelantan su posición.
                Esta salida de presión, propia del guardiolismo y del estilo de nuestra selección, jamás había sido interpretada con anterioridad a ambos referentes y, sorprendentemente, sigue empleándose hoy por técnicos de diferentes características.
                A partir de este artículo, iniciaré una serie de agradecimientos a nuestro equipo nacional, auténtico referente en lo futbolístico y fuera de él.  Para muchos aficionados en todo el mundo, esta selección ha sido la mejor de la historia, más allá de los resultados, por su juego.  Algunos hablan del Brasil de Pelé o de 1982, la Holanda de los setenta o la Hungría de los 50.  No me gusta mezclar épocas diferentes para evaluar pero sí hay un elemento definitorio: la dificultad del fútbol actual.  Ninguno de los equipos anteriores jugó en una época de “fútbol moderno” (término muchas veces empleado y nunca definido claramente.  Pues bien, entiendo tal concepto por el paso de forma sistemática de la defensa individual a la defensa zonal.  Más concretamente, definido por el Milán de Arrigo Sacchi).  La dificultad en el encuentro de espacios y la obsesión por encontrarlos, hace de esta selección un equipo único en la forma de entender el juego y en la manera de derrotar a los adversarios con una personalidad abrumadora.
                Hoy es fácil la crítica, después del fiasco en la Copa del Mundo de Brasil y tras la derrota en Bratislava en partido de la Fase de clasificación para la próxima Eurocopa.  Recordemos que el partido contra Eslovaquia ha supuesto la primera derrota del equipo en una fase de clasificación en los últimos ¡ocho años!
                Y creo que no soy el único que piensa, pese a los últimos malos resultados también de las categorías inferiores, que este ciclo solo se está regenerando pero que aún nos queda mucho por disfrutar y muchas copas que levantar.



domingo, 14 de septiembre de 2014

UNIFORMES DE PAYASO

    Veo las imágenes del partido FC Barcelona-Athlétic Club, jugado el 13 de septiembre en el Camp Nou, dos días después de la Diada, y me da la sensación de que han salido al campo veintidós jugadores vestidos de payasos.  Por si no fuera suficiente que algunos equipos vistan de color rosa, con lunares o que utilicen un uniforme nuevo de color diferente cada temporada, encontramos al Barcelona vistiendo la camiseta con la bandera catalana en un partido que disputa en casa.  Y el Athlétic, en solidaridad, utiliza el uniforme con los colores de la bandera vasca.  Aquello parecía un partido entre las selecciones de Cataluña y Eukal Herría, más que un partido de Liga entre dos equipos serios.

                Llama la atención que un jugador sea sancionado cuando se levanta la camiseta para mostrar un mensaje en solidaridad con un compañero o con un colectivo y que, en cambio, se permita que esta politización sí pueda ser utilizada en un campo de fútbol y mucho más visible a los ojos de todo el planeta.

                Sabida es mi admiración por ambos clubes.  Tal afinidad es consecuencia del carácter social de que ambas entidades hacen gala.  Hay quien sostiene que sus actuaciones son políticas y yo me pregunto qué no lo es y si acaso eso es tan malo.  Realmente, tanto FC Barcelona como Athlétic Club son entidades con carácter político porque enlazan un carácter deportivo, con señas de identidad muy definidas, con la ciudadanía de sus respectivos territorios, generando una fuerza que identifica población, territorio, historia y cultura con los valores del club.  También es de todos conocido que el Athlétic solo cuenta con jugadores euskaldunes o formados en canteras de cualquier territorio de lengua vasca, preferentemente la propia, así como que el FC Barcelona es el sello de la actividad deportiva en la provincia, generando posibilidades en gran multitud de deportes, en los cuales el club tiene sección.  La gente de la casa es también mayoritaria y la formación en los valores propios es la clave del éxito de los diferentes equipos del club.

                Sin embargo, la cuestión de las equipaciones trasciende el carácter social y la identidad con los valores propios, traspasando el marco de lo político para transformarlo en “politizante”.  Y eso no es ético y sí, en cambio, una muestra de cómo la desmesura del órdago independentista pretende hacerse ver y oír, tanto como su presencia pierde fuerza en la propia sociedad catalana.

               


jueves, 14 de agosto de 2014

TERCERA HEREJÍA HOLANDESA

                El fútbol holandés ha aportado al deporte mucho más de lo que podría esperarse de un país tan pequeño y de unos recursos tan reducidos.  Sin embargo, la aparición de grandes talentos, bien dirigidos desde la base gracias al modelo de sus grandes escuelas, ha generado equipos inolvidables y modelos tácticos imitables en todo el mundo.  Los conceptos de “fútbol total”, “naranja mecánica” o “cruyffismo” estarán siempre asociados al fútbol holandés.  Y se trata de formas brillantes de entender el juego, tanto que les ha llevado a conseguir una Eurocopa de Naciones y jugar tres finales de la Copa del Mundo, además de ser una de las clásicas, permanentemente vinculada a la buena elaboración y a la lucha por los puestos de honor.  También lo atestiguan las seis Copas de Europa obtenidas por tres de sus equipos (solo Italia e Inglaterra tienen tantos equipos campeones).

                Tan importante como el éxito ha sido también el modo de obtenerlo.  Ahora que el modelo fuertemente capitalista y globalizado ha perjudicado notablemente a sus clubes, la forma de entender el juego se mantiene intacta en la liga neerlandesa: sus equipos siguen jugando con tres delanteros, los extremos son indiscutibles, la cantera es un valor máximo, los ojeadores encuentran perlas en los lugares más insospechados y los jóvenes reciben oportunidades para mostrar su talento.  Ajax, Feyenoord y PSV ya no son referencias en el fútbol europeo y sufren crisis de resultados con demasiada frecuencia pero otros equipos han ocupado su mismo lugar y destacan por su fútbol vistoso y su aparición con fuerza en la Europa League.  Es el caso de Twente, AZ Alkmaar, Vitesse o Heerenveen.

                Pero algo ha cambiado.  Exactamente, desde el mismo momento en que España decidió jugar “a la holandesa”, la selección de los Países Bajos ha cambiado su identidad.  Tal vez, molestos y decepcionados por la falta de títulos y por su inferioridad frente a aquellos que apuestan por el cheque y por la especulación, desde la Federación parece que entendieron que así no podían continuar.  Pero, a la vista de los resultados, no creo que se les pueda dar la razón.  Se ha transgredido la identidad para crear nuevas maneras y los resultados, pese a todo, no han llegado.  Alguien podrá esgrimir que han logrado mejorar su presencia, que ahora son más poderosos y que generan una sensación de temor en sus rivales; también, que los resultados no tardarán en llegar si siguen por este camino.  En cambio, no creo que nada de esto pueda dejar de existir si mantienen lo que han sido siempre en lugar de buscar inspiración en aquellos que otrora les derrotaran y pugnaran con ellos por imponer su estilo (la Alemania de los 70, los equipos ingleses de los 70 y 80, los italianos de finales de los 80 y primeros 90…).

               Durante la Eurocopa de Austria-Suiza 2008, la Holanda de Marco Van Basten quedó encuadrada en el Grupo C, junto a Italia, Inglaterra y Francia.  Un grupo durísimo del que salieron vencedores en todos los partidos.  Fue entonces cuando se empezó a hablar de las maravillas del nuevo equipo holandés, al que rápidamente se le puso el cartel de favorito.  Nada más lejos de la realidad: por primera vez, vi a Holanda jugar replegado, temeroso y a la contra.  Eso sí, era un equipo joven y con posibilidades de futuro.  En cuartos de final  se encontraron con su compatriota Guus Hiddink y una Rusia que sí jugaba realmente bien al fútbol.  El partido de Arshavin fue colosal y Holanda hizo las maletas antes de lo que muchos esperaban.  En semifinales, España, jugando “a la holandesa”, hizo uno de los mejores partidos que se recuerdan para derrotar por tres a cero a los rusos.

Con Van Basten fuera de combate, la Federación optó por entregar los mandos a Van Maarwijk de cara a la Copa del Mundo de Sudáfrica 2010.  El equipo llegó a la final y solo fue superado por España en la prórroga.  Supongo que los “turistas futbolísticos” (como se reconoce a sí misma la articulista argentina Leila Guerriero, para referirse a aquellos que se asoman al fútbol solo cuando hay un partido muy mediático o una gran competición) pensarán en España que el fútbol holandés es sucio, feo y defensivo.  Esa fue la única sensación que mostró el equipo de los Países Bajos durante su segunda herejía, mantenida hasta 2012, cuando en la Eurocopa de Polonia-Ucrania, y manteniendo el mismo estilo, la selección cayó eliminada en la fase de grupos sin obtener un solo punto.

Los amantes del buen fútbol y de lo holandés nos frotamos las manos cuando la apuesta por Louis Van Gaal se supo que sería la manera de encarar el recientemente finalizado Campeonato del Mundo de Brasil 2014.  Van Gaal siempre apostó por el buen fútbol en todos sus equipos: Ajax, Barcelona, Bayern Múnich y selección holandesa en una primera y decepcionante presencia.  Siempre al ataque, con el balón por bandera y dominador del juego.  Que el sorteo les emparejara con España en un primer partido no hacía presagiar que fuera a cambiar el estilo.  La obsesión tacticista del técnico cabía hacer ver un posible duelo en el que cedieran parte del dominio a favor de alguna cuestión estratégica que pudiera sacarse de la chistera.  No fue así.  Fue mucho más allá: apostó por una defensa de cinco jugadores y dos centrocampistas de poca calidad, que mantuvo a lo largo de todo el campeonato.  Apenas dio opciones a su mejor centrocampista ni a sus dos extremos puros, al margen de Robben, su jugador estrella, al que situó en una posición más centrada para renunciar por completo al juego por bandas.  A esperar y a sorprender al contraataque.


Ésta ha sido la Holanda de las últimas cuatro competiciones de selecciones, la de las tres herejías consecutivas a su modo de entender el fútbol y la vida; un equipo que se ha mostrado como una roca, cerrado y poco creativo frente al estilo de sociedad neerlandés tradicional, que se ha traspasado al fútbol, y que apuesta por el individuo, la apertura y la libertad.

viernes, 20 de junio de 2014

CONCILIACIÓN ENTRE DEPORTE Y CONOCIMIENTO

  Algunas situaciones recientes llevan a repensar la función del deporte en el seno de la sociedad y a interrogarnos qué es realmente el fútbol.  Algunos, como el jugador del Atlético de Madrid Koke Resurrección, parecen tenerlo claro: “El fútbol es ganar”[1].  Para quien crea que el tema no es tan simple, debería empezar a dejar constancia de esa otra realidad, de ese otro punto de vista, en aras de un buen desarrollo del deporte como elemento de formación personal y permanente de la persona.

                No cabe duda de que los niños y adolescentes son los más vulnerables ante cualquier desarrollo de los acontecimientos poco conciliador y que ellos poco pueden hacer.  Pero llama bastante la atención que ni clubes, ni entrenadores ni padres pongan el dedo en la llaga y, en algunos casos, se planten.  Recientemente se ha disputado el Campeonato de Fútbol-7 para alevines de los clubes de Primera División.  Este torneo, que tradicionalmente se disputaba en Brunete y que después se celebró en Estepona y en Tenerife, se ha jugado esta temporada ¡en Perú!  Estamos hablando de niños de once o doce años que deben faltar al colegio durante tres días de la primera semana del mes de junio, es decir en un momento crucial en el calendario escolar.  El torneo se celebró entre domingo, lunes y martes, sin que quepa explicación tampoco a este calendario del torneo.  Pero además, Real Madrid, F.C. Barcelona, Atlético de Madrid y el mejor clasificado del Campeonato se quedaron durante el resto de la semana para enfrentarse a otros cuatro equipos peruanos.  Ante tal disparate, solo me cabe hablar bien de Athlétic Club y Real Sociedad, clubes que decidieron no enviar a sus equipos.  Por si fuera poco, la cobertura informativa ha sido bastante amplia, lo que parece un regodeo en el dañino espectáculo.

                Los pobres muchachos son víctimas propiciatorias también en otros casos.  Conozco bien la situación del balonmano, cuyos Campeonatos de España de juveniles, cadetes e infantiles se celebran a lo largo de una semana completa en los meses de mayo y junio.  Es también el caso del voleibol, cuyo Campeonato de España cadete se está disputando en Castellón del 18 al 22 de junio.  Los clubes se disculpan y piden comprensión a los profesores para compaginar la disputa del Campeonato con los exámenes finales.  Lo que ellos desconocen es que las evaluaciones no se pueden retrasar y cada alumno tendrá que examinarse cuando debe, de no ser así suspenderá, sin ser él directamente el responsable.  Recibí una carta del Club Voleibol Coslada para informarme de tal circunstancia con uno de mis alumnos.  En ella, parece que expresan su preocupación y la comprensión del profesorado hasta que se lee el final de la carta, cuyos términos son los siguientes:
Nada más que esperar pueda estudiar esta petición para que tanto nuestro Club pueda contar con dicho jugador y que colabore en la consecución de dicho Campeonato (objetivo prioritario de nuestro Club), sin perjudicar su formación”.
                Aparte de que la frase no queda cerrada y gramática al margen, ¿por qué no se ahorraron lo que escribieron entre paréntesis?  Esa aclaración deja sin contenido cualquier otro argumento.  Si su “objetivo prioritario” es el éxito en la competición deportiva poco queda por decir con respecto al verdadero interés que tienen en la formación del chico.

                Aún cuando estos son los casos más lamentables, por el perjuicio a unas víctimas inocentes, no deja de ser duro comprobar que los profesionales no tienen ningún interés en sus propios conocimientos.  Ellos ya no son víctimas (tal vez lo fueron en su momento) y están en condiciones de mejorar su estatus intelectual.  Un buen ejemplo son las distendidas entrevistas que está publicando estos días el diario El País (algo que ya hicieron hace ocho años, con motivo de la Copa del Mundo de Alemania, en las que incluso el “Sabio de Hortaleza” demostraba ser algo menos sabio).  Sinceramente estoy convencido de que nuestros jugadores están muy por encima de la media mundial (solo así cabe entender la posibilidad de desarrollar un juego tan conceptual como el del Barcelona y la selección española y varios jugadores responden muy bien).  Conocido es el caso de los ingleses, sus borracheras y sus destrozos en los aviones, o el acoso que recibía el jugador del Chelsea Graeme Le Saux por parte de todos sus compañeros a finales de los noventa.  El motivo: que leía libros.
                Los casos concretos más significativos entre los jugadores españoles son los de Santi Cazorla[2] y, el ya mencionado, Koke Resurrección[3].  Éstas son las respuestas a algunas preguntas: ¿Quién marcó el primer gol en un Mundial?
Cazorla: Ni idea.
Koke: Ni idea.
Pregunta: ¿Quién pintó Los girasoles?
Cazorla: No sé de pintura.
Koke: Tampoco lo sé (anteriormente había ignorado el autor del gol del Maracanazo).
Pregunta: ¿A qué juega Jennifer Pareja?
Cazorla: Pareja juega en el Sevilla pero Jennifer no lo sé.
Koke: Ni idea.
Pregunta: ¿Qué libro está leyendo?
Cazorla: No leo libros, me falta tiempo.
Koke: Ahora ninguno.
Pregunta: ¿Cuántas lavadoras pone a la semana?
Cazorla: Para eso tengo a alguien que me ayuda.
Koke: Ninguna.
Preguntas: ¿Y el seleccionador de Chile?  ¿Quién es Lula?  ¿Qué hizo Jorge Sanz en 1986?
Respuestas de Koke: Me pillas; Esa era un político, ¿no?; No sé, no había ni nacido.

                Podemos concluir que no solo son ignorantes sino que ni siquiera saben de historia básica del fútbol ni de deporte español.  También que Cazorla debe estar muy atareado después de dos horas de entrenamiento para no poder leer ni dedicarse a las tareas domésticas.  O que no debemos preocuparnos por desconocer quién fue Felipe II puesto que ninguno de nosotros habíamos nacido.

                Los casos se pueden contar por cientos: niños, adolescentes, aficionados, futbolistas profesionales, pero también entrenadores.  Es el caso de Diego Pablo Simeone (entrenador del Atlético de Madrid y vigente campeón de Liga).  Sé de muy buena tinta que cuando inició el Curso de Entrenadores de Fútbol Base Nivel-1 se presentó ante los demás mostrando su extraño lugar porque él mismo reconocía que hacía más de veinte años que no cogía un boli.  El destino quiso que antes de enfrentarse a un primer examen (no habría sido tampoco un gran problema, al final todos los ex futbolistas salen con el título) fue contratado por Rácing de Avellaneda (en Argentina no hacía falta ningún título para entrenar).  Además, en España todo entrenador que haya actuado en la Primera División de algún otro país obtiene inmediatamente el título de Entrenador Nacional, y como “el Cholo” superó este tiempo entrenando en Argentina, no tuvo problemas para obtener el título y entrenar al Atlético. 

Así es que un profesional que se encarga de manejar grupos, cuyos conocimientos deben ser muy elevados y que gana una cantidad desorbitada de dinero, ha accedido a dicho puesto de trabajo sin haber tenido que demostrarle nunca nada a nadie.  Después no podremos sorprendernos cuando dicen que quien fracasa en los estudios se dedica a jugar al fútbol…





[1]  El País, 9 de junio de 2014.
[2]  El País, 13 de junio de 2014.
[3]  El País, 12 de junio de 2014.

jueves, 22 de mayo de 2014

A FAVOR DE MARCADOR

En cierta ocasión me enfrenté al equipo Cadete “C” de un importante club de la Comunidad de Madrid, un equipo poderoso físicamente que acabó ganando todos los partidos de aquella liga.  Era la tercera jornada y, tras el partido, su entrenador me comentó que mi equipo le había dado muy buena impresión y que estaríamos entre los mejores puesto que él ya había visto jugar a todos los equipos del grupo.

                En el obsesivo carácter resultadista, ese equipo no era en absoluto talentoso pero sí muy fuerte y con muchos centímetros.  El ascenso les permitió colocar a sus tres primeros equipos en la posición más alta posible a costa de que los jugadores de primer año, mucho mejor dotados futbolísticamente, jugaban en el equipo “D” y una categoría por debajo.  Su mejora se vería reducida pero al buen resultadista eso poco le importa.  No es de extrañar que dicho club no promocione jugadores de la cantera al primer equipo.
                El poder competitivo de este tipo de equipos se basa en la repetición, en la mecanización, en la rutina, en la imposición por la fuerza.  Todas las acciones están preparadas y la improvisación tiene poco espacio de actuación.  Así se explica el éxito del Atlético de Madrid, donde algunos de los jugadores más técnicos son suplentes habituales (casos de Diego y Adrián) o alternan titularidad y suplencia (caso de Villa).  Así se explica también la temporada del Real Madrid, un equipo simple, con mecanismos tácticos básicos y una herencia de temporadas anteriores que permite correr al contraataque en tiempo récord y ganar partidos sin muchos más argumentos.
                Previsibles son también, en muchos casos, las semanas de entrenamiento: los lunes, charla y trabajo táctico para corregir errores; los martes, paliza física; los miércoles, análisis del próximo rival para empezar a preparar (o a obsesionarse con) el siguiente partido; los jueves, el típico partidillo (igual que hace ciento cincuenta años), en el que ya se perfila el equipo titular y una serie de jugadores que hacen de “sparring” y que reproduce los movimientos tácticos del rival; y los viernes, acciones preparadas a balón parado.  Estos vulgares modelos de planificación del entrenamiento son los que siguen vigentes, no solo en la realidad de cada equipo, sino también en el método de enseñanza de la Escuela de Entrenadores de la Real Federación Española de Fútbol.  Incluso, los exámenes de táctica consisten simplemente en hacer esto.  Es reducir el fútbol al modelo Autoescuela: no venga usted a aprender a conducir, sino a aprender qué hacer para aprobar los exámenes.  Y si luego tiene accidentes, échele la culpa a la Dirección General de Tráfico.  Es el modelo coreano ante las pruebas PISA: once horas de clase para que los alumnos no se eduquen sino que aprendan a reproducir lo que se les pide en el examen para que el país quede entre los primeros en el ránking mundial.
 Y, ante todo esto, me pregunto: ¿no se aburren los jugadores? ¿No se sienten algunos completamente marginados? ¿Serán capaces de cumplir bien su función aquellos que no han sido elegidos pero tengan que actuar ante cualquier imprevisto?
La realidad es que un equipo necesita aportes, recursos.  Da la sensación de que el jugador se encuentra más cómodo cuando le dicen todo lo que tiene que hacer.  Pero, así, el crecimiento del jugador es escaso.  Cuando a mí un jugador me mira me deja claro que no sabe resolver las cosas por su cuenta.  Este problema es consecuencia de la mecanización en el trabajo previo.  El Atlético “post Simeone” será así: todos los jugadores mirarán al entrenador y éste se sorprenderá del poco fútbol que realmente poseen sus jugadores.  Su técnico actual es el protagonista exclusivo y el diseñador de todo el modelo.  Esto mismo le sucedió al uruguayo Óscar Washington Tabárez cuando aterrizó en el Milan de las eras “post Sacchi” y “post Capello”.  Resultó que jugadores de la talla de Baresi o Maldini habían sido mecanizados por ambos técnicos.  Cuando le despidieron, Tabárez comentaba que su error había sido haber dado muchas cosas por supuestas.
Hemos de concluir que el entrenamiento táctico ofrece recursos al jugador, pero no cuando le muestra la manera de contrarrestar al oponente, sino cuando la hace pensar, poniéndole ante dificultades para que ÉL decida la mejor opción: cuando tirar un desmarque, el lugar oportuno para hacerlo, cuándo avanzar o dar pausa al juego, hacer paredes, triangulaciones, escalonar posiciones, cambiar de orientación el juego…  Eso es mejorar al jugador.
Así que le contesté: “Pues yo solo conozco a mi equipo y conozco lo que he podido ver de mis tres rivales.  Lo demás es especular y sencillamente, me importa muy poco”.


jueves, 1 de mayo de 2014

EL FÚTBOL DEL LUNES MEJORA EL DEL MARTES



  Nunca he entendido el fútbol como una batalla, no creo que sea demasiado positivo que las madres sean las protagonistas de un triunfo en las semifinales de la Copa de Europa por haber parido unos hijos con los huevos tan grandes, no pienso que haya que quemar ningún árbol de ninguna ciudad…  Las declaraciones pesan demasiado y son en exceso soberbias y agresivas.  La única realidad es que a las semifinales de la competición de clubes más importante del mundo han llegado tres equipos altamente especuladores y que, tras ver cada partido, tengo una sensación de cansancio que creo haber estado presente en cada una de esas batallas brutales.  Sinceramente, me parece inconcebible que un equipo alcance la final de la Copa de Europa jugando a un ritmo endiablado desde la Supercopa, en agosto, hasta finales de mayo, tan solo por el hecho de que algunos de esos jugadores van a ir a disputar la Copa del Mundo de Brasil y no sé si les restara algún mínimo arresto para afrontar lo que se les viene encima.  Y después, quince días de vacaciones (que nunca son tales para un deportista de alto nivel) y otra vez a la carga.  No hay cuerpo que lo soporte ni amante del buen fútbol que no se eche las manos a la cabeza ante el flojo Mundial que se nos avecina, tanto por el agotamiento como por las nuevas tendencias conservadoras que vienen a imponerse otra vez ante la alicaída situación (me niego a hablar de crisis ni de fin de ciclo ni nada por el estilo) tanto del Barcelona como del equipo de Pep.
                El martes pasado pudimos presenciar un indigno partido para tan elevada cita, un empate a nada, que no a cero.  Un partido en el que un equipo que disfruta y se enorgullece de tener menos el balón que el rival, disfrutó de su posesión durante un 63% del tiempo ante la desidia de su desdichado rival, aquel que “no se presentó” ya a jugar una semifinal en el Camp Nou con Di Matteo en el banquillo; y cuyo entrenador tampoco “se presentó” dos años antes, en la misma ronda y el mismo escenario; un equipo que presenta a un extraordinario futbolista, como David Luiz, en el centro del campo para no hacer nada en absoluto, un centrocampista que solo pretendió dar 27 pases en todo el partido (ciento un minutos) y que únicamente lo logró en 14, alcanzando la lamentable cifra de una asociación con un compañero una vez cada ocho minutos.
                Por desgracia para los que amamos el fútbol, esta práctica tiende a extenderse entre los equipos más grandes y cada vez resulta más difícil reconocer a un equipo cualquiera, yermo de un estilo propio, en el concierto europeo.
                En el caso español, los dos grandes tienen el absoluto dominio de todos los estamentos futbolísticos y el aficionado medio, aquel que en un país que se cae a cachos y en el que la clase media se ha transformado en una triste clase media-baja que alcanza el umbral de la bajeza, no puede permitirse ver en su casa a los grandes porque ellos ya se han blindado televisivamente y sus partidos no se ofrecen en directo.
                Pero ante las exhibiciones de cojones y de estrategias preparadas del Atlético, las de músculo y velocidad del Madrid, y las de indefinición y cambio hacia la profundidad del Barcelona, muchos somos los que nos alegramos de no haber visto sus decadentes partidos y haber disfrutado, en cambio, de muchos y muy buenos encuentros del Athlétic gracias a su dominio del cambio de orientación y las continuas llegadas por banda y al área rival, de la exhibición del Celta de esta semana, del buen fútbol, equilibrado por parte de las no estrellas pero buenos entendedores del juego, de la Real Sociedad, del virtuosismo en el toque del Rayo Vallecano, o del juego milimétrico y bienintencionado de un Villarreal, que sabe bien lo que es un proyecto de un pequeño que juega con frecuencia a ser grande.
                No cambiemos pues las reglas del juego: los grandes a lo suyo, y nosotros a lo nuestro, que es disfrutar.  Solo lo siento por nuestra selección, que tanto nos regala y a la que tan poquito ofrecen nuestros clubes ¿grandes?

sábado, 5 de abril de 2014

JUGAR SIN DELANTERO


                Hace ya bastante tiempo que se ha extendido una moda táctica que, por desgracia para el buen paladar futbolístico, se repite más de lo deseable: cuando un equipo sufre la expulsión de un defensa, inmediatamente el entrenador sustituye a uno de sus futbolistas más adelantados para sacar del banquillo a un defensa que ocupe el lugar del expulsado, independientemente del minuto de juego y de la dinámica que hasta ese momento llevara el partido.  Es decir, de forma voluntaria el entrenador cede el control del partido a su rival y renuncia a su ataque con el fin de mantener el resultado que haya en ese momento o a la espera de que alguna situación, más especulativa que elaborada, pueda ofrecer algo de positivo para el equipo.

                La prueba nos la ofreció el Real Madrid con sus dos primeros equipos hace un par de semanas.  Durante el polémico partido que enfrentó al equipo madridista con el F.C. Barcelona, Sergio Ramos resultó expulsado en el minuto 63, cometiendo un penalti que cambió el rumbo del partido.  Un minuto después, la ventaja del equipo se torna en un empate a tres y se produce la sustitución de Benzema, único delantero, por Varane, defensa central.  En el minuto 83, y tras un nuevo penalti, el Barcelona se pone por delante, y hay que esperar al minuto 89 para ver la entrada de Morata en el terreno de juego.  Es decir, el Real Madrid juega sin delantero por espacio de 26 minutos, de los cuales, seis de ellos los hace perdiendo y con poco margen para darle la vuelta a la situación.

                El día anterior, el Real Madrid Castilla sufrió la expulsión de su ¡también único delantero!, Raúl de Tomás en el minuto 10 de partido.  Como no se trata de la expulsión de un defensa, no es necesario introducir ningún cambio para mantener ese supuesto equilibrio táctico, que tan solo lo es en la zona zaguera del equipo.  Cabe preguntarse si un equipo que juega sin delanteros está realmente equilibrado, pero la cuestión es que el Castilla pierde el partido mientras Sobrino ve el partido desde el banquillo hasta el minuto 83.  Son, por tanto 73 minutos jugando sin delantero.

                Entre ambos, totalizaron 99 minutos sin ariete sobre al terreno de juego aunque eso sí, los árbitros fueron los culpables de ambas derrotas por lo injustas de las expulsiones.  Manteniendo al margen, como me parece siempre oportuno, la polémica arbitral, me da la sensación de que tal vez deberían reflexionar sobre esta cuestión.



lunes, 10 de febrero de 2014

LOS QUE PIERDEN SON A VECES LOS QUE GANAN

           Recuerdo bien mis inicios en el mundo del deporte.  Siempre me gustaron los deportes de equipo y empecé jugando al baloncesto con siete años.  Dos temporadas después nos mostraron en el colegio las excelencias del balonmano y varios de mis amigos decidieron apuntarse, de modo que aposté por cambiar de deporte.  Aquella era nuestra primera temporada, como la de otros muchos, teníamos un equipo de pocos jugadores y los monitores que venían al colegio después no se quedaban a los partidos de los sábados.  De modo que, los dos padres, el mío y el de un compañero, nos acompañaban y hacían las veces de mentores nuestros aquellas mañanas.  Ganamos pocos partidos, pero tampoco los perdimos todos.  A mí no me iba muy mal, algún golillo conseguía.  Estoy seguro de que hoy, 27 años después, ninguno de mis compañeros recordará qué partidos ganamos, qué goles marcó cada uno o en que puesto se clasificó el equipo.  Pero seguro que todos recordamos que, tras cada partido, los dos padres nos invitaban a una Coca-cola, siempre en el mismo bar, donde nos esperaba siempre el mismo camarero, que intuía que una vez más habíamos perdido, pero que llegábamos tan felices a por nuestro refresco y una partida de pinball. 

                Muchos años después inicié mi camino como entrenador, primero de balonmano, después de fútbol.  Para esta primera experiencia, me acogió el club más cercano a mi casa y también el más cercano a muchos corazones.  Sin duda el C.F. Asociación de Vecinos Valleaguado ha sido el club que más me ha dado y así lo recuerdan también muchos de los que jugaron allí por aquel entonces.  La estructura interna era familiar, con varios directivos, las ideas claras en cuanto a las tareas de cada uno y una mesa redonda, que dejaba claro que ni el Presidente ni ningún otro era más que nadie.  Este buen funcionamiento permitió colocar a varios equipos del club muy bien posicionados en el fútbol base madrileño.  Pero seguro que los chicos recordarán que en la bolsa de cada equipo había unos 20 refrescos.  Una estructura que soportaba diez equipos (dos por categoría) significaba un gasto semanal por unos 200 refrescos.  Cierto es que los ponía la Asociación, pero también lo es que ese dinero podría haberse invertido en cualquier otra cosa o haber acabado en algún bolsillo.  Como por aquel entonces empezaron a surgir muchos comentarios en torno a la dieta de los jugadores, se propuso que el modelo no era del todo correcto, de modo que se sustituyeron lo refrescos por algo más saludable: así fue, 200 zumos cada fin de semana.

                Seguro que muchos piensan que esto es normal.  La verdad es que, después de haber pasado por clubes de diferente tamaño, puedo decir que esto no sucede o, al menos, yo no lo he visto.  Clubes más importantes ofrecen más posibilidades de ganar partidos pero poco más.

                Ahora, mi hijo tiene 6 años y ha decidido apuntarse al equipo de fútbol que entrena en el cole, el Rayo Arriacense.  Como me pasó a mí, le ha podido más compartir tiempo con sus amigos y compañeros que otra cosa.  Recientemente han iniciado una competición de futsal prebenjamín en la que hay inscritos 38 equipos de la provincia de Guadalajara.  Ellos son de los más pequeños, nunca antes habían jugado y se llevan goleadas de escándalo.  Tal es el motivo por el que algunas voces ya empiezan a ser críticas, también por eso normalmente me siento en algún lugar apartado.  Ya he tenido bastante.  La competición es algo desleal: los rivales presionan sin apenas permitir sacar de centro, celebran los goles como si estuvieran jugando la Liga de Campeones y los papás se levantan con cada gol.  Eso sí, en nuestro equipo, después del partido, hay chocolatinas para todos.  Es curioso, una especie de déja vu, o de noria que da vueltas para hacer repetir la historia.  De nuevo los más modestos son los que más ofrecen.  Tampoco me extraña y me alegro bastante porque quien coordina todo esto es una persona volcada en materia humanitaria.

                Hoy se ha producido una nueva victoria porque se ha otorgado el premio al mejor dibujo del escudo del club (curiosa pero bonita iniciativa para fomentar el carácter creativo e integrador en el equipo).  Cada uno tenía sus expectativas al pensar que su dibujo pudiera ser el elegido.  La sorpresa ha sido mayúscula: medalla para todos los participantes.

                A lo mejor hay quien piensa que el equipo pierde y va a perder mucho y que, tal vez acabemos los últimos.  No estoy de acuerdo, somos los primeros.  Y por goleada.




viernes, 24 de enero de 2014

Centrocampistas que vieron lo que ningún humano era capaz

Tributo especial hacia algunos medios de leyenda de la historia del fútbol mundial.

Años 70: KAZIMIERZ DEYNA (Polonia)


Años 80: GERALD VANENBURG (Países Bajos)



Años 90: MICHAEL LAUDRUP (Dinamarca)


De los años 90 al siglo XXI: ZINEDINE ZIDANE (Francia)


Siglo XXI: entre dos décadas: ANDRÉS INIESTA (España) y MESUT OZIL (Alemania)


domingo, 12 de enero de 2014

Algunas preguntas incómodas


·        Si el prefijo “co” indica igualdad de condiciones con otro, ¿por qué tantos periodistas se empeñan en llamar “colíder” al segundo clasificado cuando tiene los mismos puntos que el primero?
·        Si el adjetivo “zurdo” solo es aplicable a una persona, ¿por qué otros muchos periodistas utilizan formas del tipo “la pierna zurda” o “el perfil zurdo”?
·        Si el fútbol es un deporte de equipo, ¿por qué llevamos nueve meses pendientes de quién ganará el dichoso Balón de Oro?
·        Si un extremo es un delantero, ¿por qué llamamos así a un centrocampista de banda? Entonces, ¿por qué decirnos que un equipo juega un sistema de juego 4-3-3 cuando, en realidad, juega un 4-5-1 o un 4-2-3-1?
·        Si el fútbol es de los futbolistas y de los aficionados, ¿por qué permitimos que los clubes tengan dueños?
·        Si seguimos pidiendo fútbol en Navidad por el bien de nuestros hijos, aún cuando sea un fastidio para los jugadores, ¿por qué nos hemos acostumbrado a la liga en viernes, lunes y a las 10 de la noche?
·        Si el fútbol se compone de ataque y defensa, ¿por qué se dice que un equipo “está muy trabajado” cuando defiende duro aunque no ofrezca nada en ataque?
·        Si “equilibrio” significa mantenimiento de un estatus, ¿por qué se dice que un equipo mantiene el equilibrio cuando nadie rompe líneas en ataque?  ¿No será que solo interesa el equilibrio cuando es defensivo?
·        Si nos gustan los jugadores que desbordan, los creativos, los que inventan jugadas, ¿por qué se le da mucho más valor al equipo que juega “con las líneas muy juntitas”?
·        Si los partidos tienen 90 minutos, ¿por qué tantos entrenadores llegan satisfechos con 0-0 hasta mediada la segunda parte justificando que han conseguido “madurar el partido”?