Algunas situaciones recientes llevan a repensar la función del deporte
en el seno de la sociedad y a interrogarnos qué es realmente el fútbol. Algunos, como el jugador del Atlético de
Madrid Koke Resurrección, parecen tenerlo claro: “El fútbol es ganar”
. Para quien crea que el tema no es tan simple,
debería empezar a dejar constancia de esa otra realidad, de ese otro punto de
vista, en aras de un buen desarrollo del deporte como elemento de formación
personal y permanente de la persona.
No cabe duda de
que los niños y adolescentes son los más vulnerables ante cualquier desarrollo
de los acontecimientos poco conciliador y que ellos poco pueden hacer. Pero llama bastante la atención que ni
clubes, ni entrenadores ni padres pongan el dedo en la llaga y, en algunos
casos, se planten. Recientemente se ha
disputado el Campeonato de Fútbol-7 para alevines de los clubes de Primera
División. Este torneo, que
tradicionalmente se disputaba en Brunete y que después se celebró en Estepona y
en Tenerife, se ha jugado esta temporada ¡en Perú! Estamos hablando de niños de once o doce años
que deben faltar al colegio durante tres días de la primera semana del mes de
junio, es decir en un momento crucial en el calendario escolar. El torneo se celebró entre domingo, lunes y
martes, sin que quepa explicación tampoco a este calendario del torneo. Pero además, Real Madrid, F.C. Barcelona, Atlético
de Madrid y el mejor clasificado del Campeonato se quedaron durante el resto de
la semana para enfrentarse a otros cuatro equipos peruanos. Ante tal disparate, solo me cabe hablar bien
de Athlétic Club y Real Sociedad, clubes que decidieron no enviar a sus
equipos. Por si fuera poco, la cobertura
informativa ha sido bastante amplia, lo que parece un regodeo en el dañino
espectáculo.
Los pobres
muchachos son víctimas propiciatorias también en otros casos. Conozco bien la situación del balonmano,
cuyos Campeonatos de España de juveniles, cadetes e infantiles se celebran a lo
largo de una semana completa en los meses de mayo y junio. Es también el caso del voleibol, cuyo
Campeonato de España cadete se está disputando en Castellón del 18 al 22 de
junio. Los clubes se disculpan y piden
comprensión a los profesores para compaginar la disputa del Campeonato con los
exámenes finales. Lo que ellos
desconocen es que las evaluaciones no se pueden retrasar y cada alumno tendrá
que examinarse cuando debe, de no ser así suspenderá, sin ser él directamente
el responsable. Recibí una carta del
Club Voleibol Coslada para informarme de tal circunstancia con uno de mis
alumnos. En ella, parece que expresan su
preocupación y la comprensión del profesorado hasta que se lee el final de la
carta, cuyos términos son los siguientes:
“Nada más que esperar pueda
estudiar esta petición para que tanto nuestro Club pueda contar con dicho
jugador y que colabore en la consecución de dicho Campeonato (objetivo
prioritario de nuestro Club), sin perjudicar su formación”.
Aparte de que la
frase no queda cerrada y gramática al margen, ¿por qué no se ahorraron lo que escribieron
entre paréntesis? Esa aclaración deja
sin contenido cualquier otro argumento.
Si su “objetivo prioritario” es el éxito en la competición deportiva
poco queda por decir con respecto al verdadero interés que tienen en la
formación del chico.
Aún cuando estos
son los casos más lamentables, por el perjuicio a unas víctimas inocentes, no
deja de ser duro comprobar que los profesionales no tienen ningún interés en
sus propios conocimientos. Ellos ya no
son víctimas (tal vez lo fueron en su momento) y están en condiciones de
mejorar su estatus intelectual. Un buen
ejemplo son las distendidas entrevistas que está publicando estos días el
diario El País (algo que ya hicieron
hace ocho años, con motivo de la Copa del Mundo de Alemania, en las que incluso
el “Sabio de Hortaleza” demostraba
ser algo menos sabio). Sinceramente
estoy convencido de que nuestros jugadores están muy por encima de la media
mundial (solo así cabe entender la posibilidad de desarrollar un juego tan
conceptual como el del Barcelona y la selección española y varios jugadores
responden muy bien). Conocido es el caso
de los ingleses, sus borracheras y sus destrozos en los aviones, o el acoso que
recibía el jugador del Chelsea Graeme Le Saux por parte de todos sus compañeros
a finales de los noventa. El motivo: que
leía libros.
Los casos
concretos más significativos entre los jugadores españoles son los de Santi
Cazorla
y, el ya mencionado, Koke Resurrección
. Éstas son las respuestas a algunas preguntas:
¿Quién marcó el primer gol en un Mundial?
Cazorla: Ni idea.
Koke: Ni idea.
Pregunta: ¿Quién pintó Los
girasoles?
Cazorla: No sé de pintura.
Koke: Tampoco lo sé (anteriormente había ignorado el autor del gol del
Maracanazo).
Pregunta: ¿A qué juega Jennifer Pareja?
Cazorla: Pareja juega en el Sevilla pero Jennifer no lo sé.
Koke: Ni idea.
Pregunta: ¿Qué libro está leyendo?
Cazorla: No leo libros, me falta tiempo.
Koke: Ahora ninguno.
Pregunta: ¿Cuántas lavadoras pone a la semana?
Cazorla: Para eso tengo a alguien que me ayuda.
Koke: Ninguna.
Preguntas: ¿Y el seleccionador de Chile? ¿Quién es Lula? ¿Qué hizo Jorge Sanz en 1986?
Respuestas de Koke: Me pillas; Esa era un político, ¿no?; No sé, no
había ni nacido.
Podemos concluir
que no solo son ignorantes sino que ni siquiera saben de historia básica del fútbol
ni de deporte español. También que
Cazorla debe estar muy atareado después de dos horas de entrenamiento para no
poder leer ni dedicarse a las tareas domésticas. O que no debemos preocuparnos por desconocer
quién fue Felipe II puesto que ninguno de nosotros habíamos nacido.
Los casos se
pueden contar por cientos: niños, adolescentes, aficionados, futbolistas
profesionales, pero también entrenadores.
Es el caso de Diego Pablo Simeone (entrenador del Atlético de Madrid y
vigente campeón de Liga). Sé de muy
buena tinta que cuando inició el Curso de Entrenadores de Fútbol Base Nivel-1
se presentó ante los demás mostrando su extraño lugar porque él mismo reconocía
que hacía más de veinte años que no cogía un boli. El destino quiso que antes de enfrentarse a
un primer examen (no habría sido tampoco un gran problema, al final todos los ex
futbolistas salen con el título) fue contratado por Rácing de Avellaneda (en
Argentina no hacía falta ningún título para entrenar). Además, en España todo entrenador que haya
actuado en la Primera División de algún otro país obtiene inmediatamente el
título de Entrenador Nacional, y como “el Cholo” superó este tiempo entrenando
en Argentina, no tuvo problemas para obtener el título y entrenar al Atlético.
Así es que un profesional que se encarga de manejar
grupos, cuyos conocimientos deben ser muy elevados y que gana una cantidad
desorbitada de dinero, ha accedido a dicho puesto de trabajo sin haber tenido
que demostrarle nunca nada a nadie.
Después no podremos sorprendernos cuando dicen que quien fracasa en los
estudios se dedica a jugar al fútbol…