domingo, 12 de enero de 2014

Algunas preguntas incómodas


·        Si el prefijo “co” indica igualdad de condiciones con otro, ¿por qué tantos periodistas se empeñan en llamar “colíder” al segundo clasificado cuando tiene los mismos puntos que el primero?
·        Si el adjetivo “zurdo” solo es aplicable a una persona, ¿por qué otros muchos periodistas utilizan formas del tipo “la pierna zurda” o “el perfil zurdo”?
·        Si el fútbol es un deporte de equipo, ¿por qué llevamos nueve meses pendientes de quién ganará el dichoso Balón de Oro?
·        Si un extremo es un delantero, ¿por qué llamamos así a un centrocampista de banda? Entonces, ¿por qué decirnos que un equipo juega un sistema de juego 4-3-3 cuando, en realidad, juega un 4-5-1 o un 4-2-3-1?
·        Si el fútbol es de los futbolistas y de los aficionados, ¿por qué permitimos que los clubes tengan dueños?
·        Si seguimos pidiendo fútbol en Navidad por el bien de nuestros hijos, aún cuando sea un fastidio para los jugadores, ¿por qué nos hemos acostumbrado a la liga en viernes, lunes y a las 10 de la noche?
·        Si el fútbol se compone de ataque y defensa, ¿por qué se dice que un equipo “está muy trabajado” cuando defiende duro aunque no ofrezca nada en ataque?
·        Si “equilibrio” significa mantenimiento de un estatus, ¿por qué se dice que un equipo mantiene el equilibrio cuando nadie rompe líneas en ataque?  ¿No será que solo interesa el equilibrio cuando es defensivo?
·        Si nos gustan los jugadores que desbordan, los creativos, los que inventan jugadas, ¿por qué se le da mucho más valor al equipo que juega “con las líneas muy juntitas”?
·        Si los partidos tienen 90 minutos, ¿por qué tantos entrenadores llegan satisfechos con 0-0 hasta mediada la segunda parte justificando que han conseguido “madurar el partido”?


1 comentario:

  1. Creo, y esto es una opinión personal, que el fútbol hace tiempo que dejó de ser un deporte. Las categorías inferiores toman como reflejo a unos jugadores profesionales con Ferraris, casas de lujo y novias de porcelana que distan mucho de la realidad a las que "los pequeños" se enfrentan.

    Los ídolos de las generaciones actuales ya no son escritores, periodistas, directores de cine o científicos. Es más. Me atrevería a decir que, cosas de la vida, ese pensamiento intelectual ha sido sustituido por el acto inmoral de cobrar millones por jugar al fútbol.

    Los valores por los que se ciñe un deporte desaparecen en el fútbol ante la apabullante inversión monetaria de este 'pequeño mundo', y con él, el espíritu del mismo. Ha ocurrido igual con la Fórmula 1, entre otros deportes a añadir. Cualquiera que vea este deporte se dará cuenta que ya no importa el espectador, el espectáculo, sino el comprador de neumáticos, el vendedor de alerones y el inversor bursátil. Allá donde el dinero ha incrustado excesivamente sus garras, cualquier atisbo de espíritu deportivo ha sido puesto en peligro.

    Un saludo, @adriantsn

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