domingo, 26 de febrero de 2012

EL SISTEMA DE JUEGO 3-4-3 (II): Utilización del sistema

[Próximamente trataré de subsanar los errores vinculados con los gráficos]

EL SISTEMA DE JUEGO 3-4-3
EN RELACIÓN CON LAS CATEGORÍAS INFERIORES

 ALBERTO MERCHÁN
Entrenador Nacional de Fútbol
NOVIEMBRE 2003
           
La utilización del sistema.

            La principal característica de este sistema es la gran facilidad que tiene para descomponerse en diversas líneas propias dentro de una misma línea del juego.  El reparto es grande porque a cada jugador le corresponde una zona del terreno de juego, lo cual no ocurre con ningún otro sistema de juego:

 












            El campo de juego se divide en tres zonas horizontales: la banda izquierda (ocupada en este caso por tres jugadores), la banda derecha (exactamente igual) y la franja central (dominada por el portero y los cuatro pivotes del juego).  Longitudinalmente, el campo se divide en otras tres zonas: iniciación, creación y finalización.  Los defensas ocupan la zona de iniciación, ayudados por el medio centro; los interiores y el propio medio centro ocupan la zona de creación, ayudados por el mediapunta; y los extremos y el delantero centro ocupan la zona de finalización, ayudados asimismo por el mediapunta.  La amplia tarea que realizan medio centro y mediapunta es una consecuencia lógica ante el hecho de que la franja central, por ser más transitada, debe dividirse en dos en la zona central del terreno de juego.  Por tanto, podemos dividir el campo en once zonas, exactamente las mismas que ocupa cada jugador en el sistema de juego 3-4-3.

            Por supuesto, la formación teórica no significa que en la práctica todas esas zonas vayan a estar ocupadas.  Incluso sería un error porque no habría situación mayor para demostrar muchas de las carencias antes expuestas, principalmente en cuanto a la proximidad de los jugadores.  Por tanto, la ubicación de los jugadores dependerá de si el equipo está en situación ofensiva o defensiva, en un contraataque o volcado sobre una banda.  En todo caso, y sea cual sea la situación concreta del juego, todos los jugadores van a formar un bloque, desplazándose hacia la zona de balón y manteniendo una vez más esa corta distancia entre compañeros.

            Así pues, podríamos encontrar situaciones de ataque como la siguiente, en la cual el mediapunta tiene la posesión del balón y está tratando de elaborar una acción de finalización, pero el resto del equipo acompaña perfectamente en función del desarrollo de la jugada:











            El jugador es perfectamente capaz de interpretar esta situación en cuanto ha sido corregido alguna vez.  Lo importante es que el poseedor del balón deba gozar de libertad para interpretar la acción, pero sus compañeros deben saber cuál es su misión según se desarrolla la jugada.  La experiencia me dice que esto no resulta nada costoso cuando se poseen jugadores con una buena dotación técnica o intelectual.

            Cuando el equipo defiende, la situación es similar.  La organización se produce en función de las referencias que marcan el rival, el balón y nuestra propia portería.  Los conceptos de basculación y de anticipación sobre la línea de pase son fundamentales.  Un equipo con poca valentía, espíritu de sacrificio y ayuda al compañero tendrá dificultades pero cuando se ha logrado alcanzar un buen nivel de organización (y tampoco es tan difícil) se convierte en un bloque difícil de superar.  Los marcajes vendrán definidos por la situación del juego, de modo que una vez más queda potenciada la capacidad de decisión individual y la adaptación a situaciones cambiantes.  Un ejemplo podría ser el siguiente:















            Ésta es una situación muy común durante un partido: ¿Tiene alguna salida el jugador poseedor del balón?  Evidentemente sólo tiene una opción: la acción individual.  Pero, cuando salga del regate se encontrará con el defensa central.  El equipo acompaña perfectamente porque los tres defensas forman un bloque en el que cada uno es el libre del jugador que le precede.  Los tres jugadores de la zona central forman otro bloque difícil de superar.  Esta situación sólo se puede alterar cuando el equipo rival tiene buena llegada con ambos medios de banda y los dos delanteros al mismo tiempo.  Este posicionamiento del rival obligaría a nuestro interior (nº6) a descender prácticamente hasta la posición de lateral.  El mediapunta se movería en función de los rivales, el extremo del lado contrario (nº11) nunca bajaría más allá de la altura de los banquillos, el extremo del lado de balón podría tener que bajar bastante si el lateral rival se incorporase por completo y el delantero centro queda como referencia ofensiva.

            El pressing debe realizarse principalmente en zona de medio campo por ser donde más jugadores acumulamos o en su salida de balón por los laterales.  Ocasionalmente se puede realizar también con delantero y mediapunta sobre sus dos defensas pero esta situación podría obligar a adelantar demasiado la posición de todos los jugadores siendo vulnerables ante la posibilidad de contraataque.

En general, una buena predisposición defensiva ante el inicio del juego del rival sería una posición adelantada general de todo el equipo:
















            A esta situación general habría que añadir, aparte de todo lo que quedará reseñado más tarde como beneficios y ventajas del sistema, otro aspecto de gran importancia.  Se trata de la necesidad de encontrar apoyos tanto ofensivos como defensivos.  Junto al poseedor del balón debe haber siempre un mínimo de tres compañeros apoyando la acción.  En jugadas defensivas sucede lo mismo: tres jugadores deben ofrecer cobertura o vigilancia en torno al jugador que realice el marcaje directo sobre el poseedor del balón.

            Se trata de llenar el campo de triángulos y rombos en proximidad con el objetivo de encontrar la superioridad numérica en la zona de balón.  El sistema 3-4-3 es el más apropiado para conseguirlo:












            Como se puede apreciar, el sistema permite la formación tres rombos en la franja central del campo e incluso hasta cuatro triángulos entre jugadores que ocupan posiciones contiguas (y todo esto sin tener en cuenta las posibilidades que ofrece el portero).  Es decir, la cantidad de posibilidades que se le presentan al jugador cuando tiene la posesión del balón son enormes y, en ningún caso, se lo estará entregando a un compañero que no ocupe una posición contigua a la suya.

            Por supuesto, cuando se produzca movilidad mediante desmarques, generalmente de apoyo, las posibilidades se multiplican, más concretamente cuando esos desmarques vengan realizados por el medio centro o el mediapunta, auténticos ejes del equipo.

            Pero, además de estos dos jugadores hay otros que desempeñan un papel clave puesto que permiten equilibrar al equipo.  Es el caso de los interiores, jugadores que deben realizar principalmente una labor de control y dominio del juego, mantenimiento de la posesión del balón, cambios de orientación y pases en profundidad.  Pero también realizan una amplia labor defensiva.  Son los jugadores que permiten mantener una superioridad numérica en la parte central del terreno de juego.  Además tienen fácil conexión con muchos otros jugadores y pueden realizar amplias labores de desdoblamiento (ocupando la posición del medio centro o de un lateral) o bien permutar su posición con un jugador más adelantado (el mediapunta o el extremo de su banda).  Puede llegar al área rival con opción de sorpresa o cerrar defensivamente por detrás del lateral.  Sus atribuciones pueden ser muy amplias pero dependerán de la situación del juego.

            Además el resto de los jugadores tienen también funciones muy definidas tanto en ataque como en defensa, motivo por el cual cada uno sabe siempre perfectamente lo que debe hacer.

            En el caso de los porteros, tendrán que estar muy adelantados para cortar todos los envíos que sobrepasen a la línea defensiva.  Dicha situación es bastante frecuente, por lo que actúan como correctores de los errores que supone tener la línea defensiva adelantada para acercarla a los centrocampistas.  Su labor ofensiva también es amplia porque siempre deben estar dispuestos a ofrecer un apoyo, controlar el balón y pasarlo correctamente.  No es difícil convencer al portero para realizar esta labor que queda perfeccionada si al pasar el balón se produce un cambio de orientación del juego.


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